y Península de Paria El Delta Amacuro es un inmenso laberinto de caños y cañitos entrecruzados con islotes, a través del cual el gran Orinoco vierte sus aguas en el Océano Atlántico. La zona norte de su desembocadura se denomina "Bajo Delta" y a diferencia del "Delta Medio" y "Delta Alto", que están situados más adentro de las tierras, es la zona más húmeda, pantanosa y con mayor concentración de población indígena. Una de sus particularidades es su gran extensión de manglares (Rhizophora mangle), los cuales permiten la estabilidad de un terreno en constante formación debido a la sedimentación contínua del río. Es sobre estas orillas inundadas periódicamente por el flujo de las mareas, principalmente durante la crecida del Orinoco (alrededor del mes de agosto), que yacen sobre pilotes a dos metros del agua, las rectangulares casas de los Warao, hechas de madera de manaca y techo de palma de moriche A la vuelta de cada caño, es posible ver aparecer embarcaciones artesanales a remo o a velas triangulares. Los Warao, cuyo significado es "gente de curiara" wa arao, son grandes navegantes. Perfectamente adaptados a este medio, la curiara no es sólo su principal forma de locomoción; si bien la utilizan para el transporte, la pesca, el comercio o el trueque, es algo que ocupa un papel primordial en sus vidas desde su infancia (como su primer juguete) hasta su tumba. Para saber más sobre los Warao y su cultura, pulse aquí. Alrededor del 3 de agosto de 1498, la costa de Paria, al norte del Delta y del otro lado del Golfo del mismo nombre, fué percibida por primera vez por los occidentales. Y fué en lo que es ahora el pueblo de Macuro donde llegó en su tercer viaje, Cristóbal Colón. Paisajes extraordinarios con exhuberante vegetación, playas de cocoteros, clima agradable y la hospitalidad y sencillez de su población, parece darnos la descripción de un paraíso. Hace más de 500 años Colón llamó esta región "Tierra de Gracia"... En la actualidad, debido al alto índice de endemismo tanto biológico como zoológico, las 37.500 hectáreas que van desde Boca de Cumana hasta el Promontorio de Paria e incluyendo la porción superior de la cordillera de Paria, forman desde diciembre de 1978 el Parque Nacional Península de Paria. Este parque posee una inmensa gamma de árboles gigantescos, árboles florales, una misteriosa e interesante selva nublada, con sus típicas bromelias y todo un repertorio de plantas medicinales. Península de Paria es una recopilación de ensueño para los amantes de la naturaleza. La ausencia de carretera en uno de sus extremos lo protege aún de las muchedumbres e invasiones de fin de semana limitando su acceso a los excursionistas. Se trata de uno de los raros lugares aún preservados de la degradación y contaminación del hombre. Pero la agricultura de conuco, los campos de algodón, tabaco y cacao, y algunas crías de ganado requieren cada vez más de espacios fértiles e implican desafortunadamente la destrucción de la selva debido al número creciente e indiscriminado de incendios. |
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